Columnas

Daris Javier Cuevas

Han transcurrido veinte a?os de aquel nefasto 13 de mayo del a?o 2003 cuando la Rep?blica Dominicana padeci? la mayor crisis bancaria, sin precedentes en la historia econ?mica y financiera del pa?s, cuyo impacto en los consumidores y la econom?a en sentido amplio, fruto del colapso de tres grandes entidades bancarias relevantes del sistema bancario. El estallido de la crisis estuvo explicado en una alta proporci?n por el descuido y generosidad de las autoridades monetarias y financieras de entonces, falta de transparencia, baja preocupaci?n en la efectividad de la debida diligencia, o due diligence, tal como lo dej? plasmado el informe del panel de expertos, apuntando directo hacia la m?xima autoridad del Banco Central.

Como olvidar aquel mensaje apocal?ptico del tr?gico martes 13 de mayo del 2003 cuando

el entonces gobernador del Banco Central, Jos? Lois Malk?n, le inform? a la naci?n que en el sistema bancario hab?an ocurrido graves anomal?as que explotaron en un colapso bancario fruto de una monstruosa maniobra fraudulenta sin precedentes. En efecto, se trataba de que la misma envolv?a la espantosa suma de RD$55 mil millones de pesos, o su equivalente en US$2,200 millones, cuyo costo fiscal fue de un 20% del PIB, cifra ?stas que pod?an ser igual al 60 o el 80% del Presupuesto del Estado del a?o 2003.

Lo que se observaba en las sacrosantas palabras del se?or Lois Malkun refrescaba la memoria de que se estaba ante la presencia del espect?culo montado por el gobernador de la provincia de Judea, Poncio Pilato, quien ante la condena a muerte de Jes?s, por parte de la asamblea de sabios jud?os que impart?a justicia, Sanedr?n, opt? por lavarse las manos. Es la santa biblia que en Mateo 27:24 nos recuerda las irresponsables palabras de Pilato cuando lleno de cobard?a afirmaba: “Inocente soy de la sangre de este justo”, simulando de esta manera que nada ten?a que ver con la muerte de Jes?s.

Procede la similitud de los hechos, guardando la distancia, ya que en ning?n momento se logr? admitir la existencia de la ineficacia de la regulaci?n y supervisi?n prudencial como variable fundamental que impuls? la incubaci?n de las malas pr?cticas bancarias que condujeron al fraude bancario. Tal evento, combinado con una ineficacia de la intervenci?n y salvataje bancario, situaci?n que provoc? el estallido de una crisis bancaria que ya arriba a los 20 aniversarios, pero que a?n contin?a incidiendo en la econom?a dominicana, v?a el d?ficit cuasi fiscal, sin que se tenga la dignidad de asumir un mea culpa.

Dado que las autoridades del momento nunca lograron entender los factores microecon?micos y macroecon?micos que condicionan una crisis bancaria, pero tampoco estuvieron la disposici?n de corregir las debilidades de la supervisi?n y regulaci?n del sistema bancario dominicano, advertido por el FMI en marzo de 2001. Exactamente cuando se llev? a cabo la evaluaci?n del FSAP (Financial Sector Assessment Program) para contrastar el acatamiento de los Principios B?sicos de Basilea para una efectiva supervisi?n bancaria.

En tal evaluaci?n se pudo identificar que, de los 25 principios y los 5 subprincipios instituidos en los principios b?sicos de Basilea, 5 principios se incumpl?an; 24 principios materialmente no se cumpl?an y un solo principio materialmente se cumpl?a, por lo que se otorg? la calificaci?n de incumplido a los 25 principios y los 5 subprincipios. Esto para el FMI represent? una insatisfacci?n muy grave y una evidencia de la fragilidad predominante en el pa?s en materia de regulaci?n y supervisi?n bancaria.

Por igual, el FSAP del 2001 evidenciaba una may?scula deficiencia con la ausencia inocultable en la implementaci?n de la supervisi?n en base consolidada, conforme con el esp?ritu del art?culo 58 de la Ley 183-02 y la comprobaci?n oportuna de la capitalizaci?n real de los bancos, las cuales son razones poderosas que explicaron en una alta proporci?n las debilidades del sistema bancario dominicano, los cuales condujeron a la crisis bancaria del 2003, la m?s grande en la historia local. Se trata de que las autoridades monetarias y financiera, en ese momento, fueron indiferentes ante la existencia de registros contables inadecuados, contabilidad paralela, fraudes, coeficientes de pr?stamos a vinculados muy elevados, ausencia de controles internos, deterioro de la calidad de la cartera de cr?ditos y baja provisiones por riesgo de cr?dito, descalce de monedas en los bancos y existencia de bancos off-shore en franca violaci?n a lo que establece la Ley monetaria y financiera.

Los jinetes de la crisis bancaria del 2003 actuaron de una manera aterradora y misteriosa impulsando un salvataje bancario lleno de torpeza, desconocimiento de la din?mica del sector bancario y la regulaci?n de una manera brutal. As? que, 20 a?os despu?s en la econom?a dominicana se sienten los residuos de este desagradable evento, la regulaci?n y supervisi?n registra una mejor?a muy notable desde el 2005, pero los jinetes de la crisis cohabitan entre nosotros y nada les preocupa.