Los mercados de Santo Domingo demostraron cuál fue el panorama real durante los días de fiesta y de cómo las personas esperaron la cena de Nochebuena.
Muchos confunden estas fechas. El 24 de diciembre se celebra la víspera del nacimiento de Jesús, que por lo general va acompañada de una cena integrada por los platos característicos de la época, los cuales se adaptan según el país de celebración. Mientras que el 25 de diciembre, en el plano religioso, se celebra el nacimiento de Jesús.

Durante un recorrido por diferentes mercados del Distrito Nacional, se observó una poca circulación de personas preparándose para la víspera navideña. Las calles se mantuvieron poco concurridas y con un número limitado de puntos de venta. Además, casi no se apreció la música característica de las fechas, de acuerdo a los establecimientos visitados por reporteros de este diario.
Según los vendedores entrevistados, el artículo con mayor demanda fue el pollo, siguiéndole otras carnes como: la pierna de cerdo, las costillas y el pan de telera. Algunos declararon que las ventas fueron exitosas pues lograron vender grandes cantidades de los productos. Sin embargo, la mayoría calificó la venta como “floja”.

Además, añadieron encontrarse despiertos cocinando y preparando todo desde horas tempranas de la madrugada, específicamente a partir de las 5:00 y 6:00 a. m. “Yo tengo dos días sin dormir. Sí, dos días porque para hacer esto, para hornear, lo compramos, lo sazonamos, eso requiere tiempo, y después para hornear hay que estar atendiéndolo, todo eso requiere tiempo”, manifestó Maribel Méndez, una de las comerciantes ubicadas en el sector de Villa Juana.
Al preguntar cuáles son aquellos platos que no pueden faltar en la mesa, Jessica Pérez, una compradora en el sector de Villa Agrícola respondió lo siguiente, “la lasaña, un morito de guandúles, pollo, cerdo, ensalada rusa y el pastelón”, así resaltó mencionando varias de las comidas típicas principales en las casas dominicanas.

En el sector Ensanche La Fé el flujo de personas fue mucho menor en comparación a los otros lugares visitados. Una de las vendedoras del área afirmó no haber “pegado un ojo” desde las 4 de la tarde del día anterior, ya que, tuvo que asegurarse de tener todo listo para la venta del día siguiente.
Una de las preguntas relacionadas a la gastronomía que no se pudo obviar, fue si los pastelitos deben de contener pasas o no al momento de servir la cena.
Hubo muchas opiniones divididas.
Algunos sostuvieron que es un gusto muy particular de cada persona, pero la respuesta de José Cruz, otro de los comerciantes en el sector de Villa Juana, fue el comentario que más se destacó.
“Yo no le echo pasas. Las cosas dulces no se mezclan con las salada”, señaló.
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